domingo, 30 de mayo de 2010

Eielson - Vallejo

El des/ nudo de la reciente poesía de J. E. Eielson(1)

Este breve ensayo intenta, por un lado, dar cuenta de la sintaxis poética eielsoniana de su último periodo y, por el otro, reparar en las reelaboraciones que --sobre el tema del cuerpo, del sexo y de la mujer presentes ya en la poesía de César Vallejo y del Barroco-- aquel autor nos propone.





Una mujer duerme a mi lado

(Secuencia, métrica y contrapunto
rítmico-semántico real)

1. Como si fuera de tierra 8; 4 - 7
2. Y yo veo ya mi cuerpo que florece 12; 5 - 7 - 11
3. En su útero rosado 7; 2 - 6
4. Miro mi silla de madera 9; 4 - 8
5. Y sé que ella también es de tierra 10; 3 - 6 - 9
6. Que antes era un árbol 6; 1 - 5
7. Y antes todavía fuego 8; 1 - 5 - 6
8. Carbón de estrellas quemadas 8; 2 - 4 - 9
9. Beso la tierra como si fuera 10; 4 - 9
10. Una mujer que duerme a mi lado 10; 6 - 9
11. Mientras me hundo en su regazo 8; 3 - 7
12. Y veo todo el pasado 8; 2 - 4 - 7
13. Cuando yo también era tierra 9 5 - 8
14. Antes de ser un hombre 7; 1 - 6
15. O una silla 5; 2 - 4


Una mujer duerme a mi lado

(Secuencia, métrica y contrapunto rítmico- semántico virtual)

9. Beso la tierra como si fuera 10; 4 - 9
10. Una mujer que duerme a mi lado 10; 6 - 9
5. Y sé que ella también es de tierra 10; 3 - 6 - 9
11. Mientras me hundo en su regazo 8; 3 - 7
3. En su útero rosado 4; 2 - 6
1. Como si fuera de tierra 8; 4 - 7
4. Miro mi silla de madera 9; 4 - 8
6. Que antes era un árbol 6; 4 - 8
7. Y antes todavía fuego 8; 1 - 5 - 6
8. Carbón de estrellas quemadas 8; 2 - 4 - 9
2. Y yo veo ya mi cuerpo que florece 12; 5 - 7 - 11
12. Y veo todo el pasado 8; 2 - 4 - 7
13. Cuando yo también era tierra 9; 5 - 8
14. Antes de ser un hombre 7; 1 - 6
15. O una silla 5; 2 - 4

El propósito por el cual hemos reestructurado este poema de Jorge Eduardo Eielson es, obviamente, para intentar hacer más claro y distinto un discurso que, por lo demás, ya desde mediados de los años cincuenta (Noche oscura del cuerpo) -aunque con la excepción de Habitación en Roma (1960)- tiende a ser más llano. Relativa dificultad sintáctica que se apoya en la yuxtaposición de versos en apariencia temáticamente libérrimos, de inspiración surrealista, pero que sin mucho esfuerzo podemos descubrir sólo discontinuos; es decir, permite o apuesta a que el lector "desanude" (desnude), ensaye un determinado encabalgamiento. En términos generales, podríamos glosar que el sujeto poético de "Una mujer duerme a mi lado" transita del encuentro gozoso con la mujer (tierra) a la conciencia de su plena identificación con ella a instancias de ser ambos de una sustancia común indiferenciada: la tierra. Sin embargo ésta, ya en un primer paralelo con la poesía de César Vallejo, y a diferencia de lo que sucede por ejemplo en Los heraldos negros, no tiene una connotación negativa ni implica para los amantes frustración o inevitable sublimación de la sexualidad (2)

En "El poeta a su amada", perteneciente significativamente al apartado "De la tierra" en aquel poemario de 1918, el sexo o la consumación sexual son conceptos ligados al arrepentimiento y a la muerte; al tema de la "caída" (v. 8) de índole metafísica de los amantes o, al menos, de parte del yo poético. El placer sexual es una ofensa a la amante donde, además, "Jesús ha llorado" (v. 3); por lo tanto, en este contexto, la auténtica comunión con la amada solo será posible dentro del vientre de la madre tierra porque, solo allí, aquellos afectos sexuales derivarán a fraternos (3) -todos somos hermanos o iguales ante la muerte, insiste el barroco- y aparentemente se purificarán: "Y en una sepultura/ los dos nos dormiremos, como dos hermanitos" (vv. 13-14).

Mas volviendo a la obra de Eielson, también existiría hermandad entre los sexos (baste reparar en la alusión al libro del Génesis -a la costilla de Adán- en "Una mujer duerme a mi lado"), pero no a la manera vallejiana -en última instancia una especie de oximoron hermafrodita(4)-, sino a través de la negación misma del paradigma hombre/ mujer resuelto más bien, por ejemplo en este mismo poema, a raíz de la constatación de que ambos actores son finalmente tierra, y que, también, el poema siguiente ilustra sobremanera:

SUCEDE QUE ME CANSO DE SER HOMBRE

Y que tampoco quiero ser
Mujer. Sucede que me duelen
Los bigotes que los pantalones
Y las faldas me dan risa
Testículos y senos son los polos
De una inmensa criatura
Que a la vez me ensombrece
Y me llena de espuma(5)
Y no quiero ser mujer
Ni tampoco hombre

Lo que nos lleva a reparar, asimismo, que si la síntesis vallejiana de su última poesía se da en la asunción de la maternidad por parte del propio yo poético -recuérdese el famoso: "[Niños] Si tardo" de España, aparta de mí este cáliz-, la negación de la negación eielsoniana, en cambio, postularía en este aspecto otra cosa y, ni mucho menos, la canónica ideología del barroco: todos somos iguales ante la muerte ("tierra"). Creemos, más bien, que -frente a "Testículos y senos son los polos"- postularía un ente virtual post diferencia, cierto estado angélico, o una suerte de desanudamiento (desnudamiento) genérico de raigambre utópica. Jorge Eduardo Eielson nos invita a pensar reiteradamente en estas posibilidades como, por ejemplo, a través de este otro poema reciente:

CUERPO DE TIERRA


Todo lo que veo sobre la tierra
Me convence que jamás seré un hombre
Ni una mujer ni una hormiga
Y ni siquiera una persona educada

A diferencia de Quevedo, para quien todo lo que ve sobre la tierra sólo le trae memoria de la muerte, Eielson postula frente a los géneros, digamos, una tercera vía. En realidad, una alternativa no sólo ante los sexos, sino en definitiva frente a todo lo real. Toda esta meditación, claro, con esa sabiduría maravillosa de lo simple y de lo no solemne típica de su arte verbal. A Eielson, todo lo que ve sobre la tierra le trae memoria de la vida -que es la propia tierra-, pero cuya pluralidad de elementos ha sido, a su vez, sometida previamente a mirarse mutuamente en lo esencial o básico -que es ser de tierra. Elementos de la pluralidad y de lo contingente que, pareciera sin dejar de ser ellos mismos, han sido simplificados hasta llegar a ser algo casi abstracto: un color o, mejor aún, un tono sutil, una vibración particular de luz en medio del iluminado desierto. Contrabarroco por excelencia, en sus pinturas e instalaciones lo podemos constatar de modo inmediato, para Eielson la nada es plenitud; la muerte, vida; el más allá, un presente perpetuo. El asunto consistiría en desanudarse (desnudarse), en mimitizarse con esa línea levemente sinuosa de la duna o con la decididamente perfilada del horizonte. Ni fragmento o yuxtaposición ya en la sintaxis, como en Habitación en Roma, el poeta peruano vuelve en su última producción, elíptica y sutilmente, al inicial ideal neoclásico de sus primeros libros de poemas de los años cuarenta.

Es sabido que la poesía del polifacético artista peruano pareciera atravesar varias etapas que irían, grosso modo, desde la conciencia de la escisión o fragmentación de la experiencia personal:

(Noche oscura del cuerpo: "Cuento los dedos de mis manos y mis pies/ Como si fueran uvas o cerezas y los sumo/ A mis pesares", leemos en "Cuerpo mutilado" o "Siempre rodeado de espuma/ Siempre luchando/ con mis intestinos mi tristeza. Mi pantalón y mi camisa", hacemos lo propio con "Cuerpo en exilio"; y, sobre todo, Habitación en Roma)

hasta una paulatina reconciliación individual, comunitaria y sideral con el presente y con el pasado. Sin embargo, no podríamos corroborar que en Sin título (2000) u otros poemas no publicados en libro, tal como señala Susana Reisz en "Eielson visionario": "el amor es una auténtica relación: dual y cósmica al mismo tiempo. El cuerpo es el de la persona amada y también el del universo" (Nu/ do. Homenaje a j.e. eielson), de ninguna manera. Más bien, su opción por lo continuo o indiferenciado o abstracto, una vez superados los "nudos", no deja de traslucir crisis de compañía, cierto énfasis sutil en la soledad voraz.

Esta impronta de su último arte vallejiano, para bien suyo -y en desmedro de la crítica tendenciosamente uniforme que encontramos, por ejemplo, en Nu/ do. Homenaje a j.e. eielson (Lima: PUCP, 2002)-, no hace sino confirmarnos, a pesar de que aquella crítica lo soslaya, que lo mejor de la producción del gran poeta peruano sigue siendo Noche oscura del cuerpo (1955). Lugar, éste, de llegada prosódica, sintáctica y temática que en la obra posterior -con muy pocas novedades- se calca estilísticamente y en los motivos, sobre todo si seguimos a aquella crítica homogénea, fatalmente se dulcifica. La poesía de Jorge Eduardo Eielson sigue encontrando su fuerza, aunque expresada quizá a costa del propio autor o ahora con aún mayor pasmosa inteligencia, en el "escarnio y deshora". Si no fuera así, la poesía de Jorge Eduardo Eielson se parecería cada vez más a la de su compatriota y contemporáneo, Javier Sologuren. Mas, dado el caso, y en el precio de estas equivalencias, pesarían el orden y el concierto, lo demoradamente destilado a lo eximiamente licuado y, claro, en la comparación saldrían mucho mejor librados los beatos versos del autor de Vida continua.



NOTAS

(1). Todos los poemas considerados provienen de la revista mexicana de literatura, Crítica. Así, "Una mujer duerme a mi lado" apareció en el No 100 (2003); "Sucede que me canso de ser hombre" y "Cuerpo de tierra" en el No 94 (2002).

(2) "Amada, en esta noche tú te has crucificado/ sobre los dos maderos curvados de mi beso;/ y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,/ y que hay un viernesanto más dulce que ese beso.// En esta noche rara que tanto me has mirado,/ la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso./ En esta noche de setiembre se ha oficiado/ mi Segunda caída y el más humano beso.// Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos:/ se irá secando a pauses nuestra excelsa amargura:/ y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.// Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;/ ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura/ los dos nos dormiremos como dos hermanitos" ("El poeta a su amada"). Américo Ferrari (coord.) César Vallejo. Obra poética. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1996. p.42

(3) Es fundamental reparar en este tipo de fraternidad o hermandad sexual en la poesía de César Vallejo, sobre todo porque refuta lecturas oportunistas que, por ejemplo, desde los Queer Studies, postulan un sujeto poético en conflicto con su identidad sexual. Susana Reisz, "César Vallejo y el naufragio de la diferencia". Voces sexuadas. Género y poesía en Hispanoamérica. Lérida, España: Universitat de Lleida, pp. 189-215, 1996.

(4) De alguna manera vinculado a la cultura andina, de donde procede Vallejo, en la cual todo es dual; es decir, se vuelve irrelevante el conflicto de identidad personal. Alguna vez Alan Smith Soto, profesor de Boston University, nos comunicó que para él Vallejo era el gran hermafrodita universal.

(5) Se enfatizada aquí la pertinencia de nuestro paralelo entre Eielson y Vallejo; éste, "Y me llena de espuma", con aquel famoso verso de Poemas humanos: "Quiero escribir, pero me sale espuma". En realidad, el primer autor está, en gran parte de su última producción, en constante diálogo con la poesía del segundo.

miércoles, 26 de mayo de 2010

"Los huesos de Vallejo"/ Iván Oñate



Ya no veré París

poque el tren en que arribe
estará cansado,
cargado de vacas, de banano chorreando moscas,
de borregos para el matadero, de jóvenes
que consultan su destino en libros prestados y
en estrellas lejanas,

de travestis
que se depilan al apuro y con dos monedas
de espuma,
de ilusiones, de ojos como los míos
estará cargado, y
limpiándome la cara con un trapo
me iré con los brequeros filipinos, con
los jóvenes esclavos
venidos de la Arabia
a beber un litro de vino en alguna cantina,
en alguna mesa taciturna
donde apoyaré mis codos y dormiré,

dormiré

hasta dar con los huesos de Vallejo,
con la dirección
de alguien
que resultó ser un terreno baldío, o con los ojos
de la portera
que despertándome
me lanzará fuera, afuera de la pensión
y me encontraré en una plaza
rodeado
de desconcertados muchachos, que como yo,
nada saben
de los que vinieron
o no vinieron, de los que se quedaron en el mar o
en una cantina
dándole vueltas a París,

como en este sueño.


Iván Oñate (Ambato, Ecuador, 1948)

martes, 18 de mayo de 2010

Poesía y acción, el caso de Trilce de César Vallejo


Este somerísimo ensayo es también, al mismo tiempo y a su modo, una reseña del libro de Pablo Quintanilla, César Escajadillo y Richard Antonio Orozco, Pensamiento y acción. La filosofía peruana a comienzos del siglo XX (Lima: IRA, 2009).

“Este libro se propone reconstruir y analizar las dos tradiciones filosóficas que tuvieron mayor influencia en el desarrollo de la filosofía peruana a comienzos del siglo XX: el espiritualismo francés y el pragmatismo estadounidense, concentrándose en la recepción que hubo en el Perú de Henri Bergson y de William James”. Así reza la presentación del volumen. A lo que debemos agregar, para precisar sus objetivos: “son esa dialéctica y esa discusión [entre espiritualismo y pragmatismo] las que están en el transfondo de buena parte de los debates filosóficos peruanos de la actualidad” (Introducción, p. 14). Es decir, este libro no es una crónica, sino y ante todo le interesa el palpitante presente nacional.

Además, y aunque constituya una finalidad implícita, paralela o adicional, este libro alimenta el campo de la crítica a la producción literaria de aquellos años. En concreto, y en correspondencia al específico y pormenorizado debate que ventila, Pensamiento y acción puede servir mucho para una lectura de la poesía de la época; en particular, para un acercamiento vivo --por actual-- a uno de los poemarios más complejos o difíciles de la lengua, Trilce (1922). Al respecto, aunque prometemos desarrollarlo más en una próxima entrega, qué pertinente podría ser hablar --en términos de Bergson-- de dos yo, uno superficial y otro profundo, en la poesía de Vallejo (algo que ahora mismo obsesiona, aunque con otros presupuestos, a un estudioso como Stephen Hart). O, no menos, aquello de que “el conocimiento es colectivo por naturaleza” (Pierce) y no atributo de la conciencia individual; y, por lo tanto, la justicia también (“Masa”). Asimismo su corolario, “el individuo, si es algo, es parte de un todo sin el cual no tendría sentido” (81). En fin, podríamos ir concatenando --creemos que muy productivamente-- otras reflexiones tocadas por este libro con aspectos fundamentales de la obra de César Vallejo… su específico spencerismo… o si estuvo al tanto de las ideas de su compatriota Pedro Zulen (1889 - 1925)… entre todavía otros numerosos ejemplos.

sábado, 15 de mayo de 2010

Bibliografía sobre César Vallejo en Wikipedia


English:

César Vallejo: A Critical Bibliography of Research, Stephen M Hart, 2002
César Vallejo: The Dialectics of Poetry and Silence, Jean Franco, 1976
The Catastrophe of Modernity: Tragedy and the Nation in Latin American Literature, Patrick Dove, 2004
The Poem on the Edge of the Word: the Limits of Language and the Uses of Silence, D.C. Niebylski, 1993
Vallejo, Xavier Abril, 1958
The Poetry and Poetics of Cesar Vallejo: the Fourth Angle of the Circle, Adam Sharman, 1997
Wounded Fiction: Modern Poetry and Deconstruction, Joseph Adamson, 1988
Homage to Vallejo, Christopher Buckley, 2006
Trilce I: a Second Look, George Gordon Wing, 1972
Neruda and Vallejo in Contemporary United States Poetry, Mark Jonathan Cramer, 1976

Spanish:
Ensayos vallejianos / William Rowe., 2006
César Vallejo al pie del orbe / Iván Rodríguez Chávez., 2006
Alcance filosófico en Cesar Vallejo y Antonio Machado / Antonio Belaunde Moreyra., 2005
César Vallejo : estudios de poética / Jesús Humberto Florencia., 2005
Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo / Pedro José Granados, 2004
César Vallejo : muerte y resurrección / Max Silva Tuesta., 2003
César Vallejo, arquitecto de la palabra, caminante de la gloria / Idelfonso Niño Albán., 2003
Algunos críticos de Vallejo y otros ensayos vallejianos / César Augusto Angeles Caballero., 2002
César Vallejo en la crítica internacional / Wilfredo Kapsoli Escudero., 2001
César Vallejo y el surrealismo / Juan Larrea., 2001
César Vallejo y la muerte de Dios / Rafael Gutiérrez Girardot., 2000
César Vallejo / Víctor de Lama., 2000
Recopilación de textos sobre César Vallejo / Raúl Hernández Novás., 2000

miércoles, 5 de mayo de 2010

Trilce y "La Tirana"/ Paul Guillén*



Finalmente, esta sección de artículos cierra sus páginas con un ensayo polémico y creativo, algunos críticos de "viejo cuño" deberían tomarlo como ejemplo, "Trilce: muletilla del canto y adorno del baile de jarana" de Pedro Granados, el texto aproximativo, tentativo, "alucinante" por momentos, tiene la virtud de arriesgar una lectura nueva y no repetir las mismas viejas ideas. Granados se basa como punto de comparación en otro texto creativo "Trato, maltrato e identidad en Lima el no-lugar" de Pablo Guevara, para postular una hipótesis del posible significado de la palabra Trilce ligándolo a una "Escena de baile popular", Trilce, a través de la cual se continúan advirtiendo las huellas de "La Tirana, la patria y su gobierno de turno más bien como madrastra" (84-85).



HISPANIC POETRY REVIEW

número 14

Texas: Texas A&M University, 2008

*Paul Guillén (Ica, Perú, 1976)

Vallejo agonista/ Javier Sologuren

Javier Sologuren (Lima, 1921-2004)


porque eres la rueda escapada a su eje
violenta amorosa centrifugadamente
y el fuego alzándose en mil lenguas elocuentes
porque eres la asunción del macho y de la hembra
la asunción de la especie
Vallejo de barro Vallejo de piedra
el dolor está siempre
crepitándote su estrella

no sé bien por qué
pero es así Vallejo
como tu verbo encarna
como tu sangre quema

tuvo el Perú que darte
sólo el Perú parirte
con tu orfandad de niño
gimiendo en un rincón
con tus fibras ternísimas
con tu hambre feroz
de humanidad humana
de humana humanidad

hay ceniza en la lágrima
ceniza en la sonrisa
capullos ahogados en ceniza también
esta hora del mundo
descolgada del cielo
es un hocico hozando
la muerte nada más
esta hora del mundo
alerta desde tu alma
desde tu entraña suena
una vez más
reacciona en cadena
cubre vigilia y sueño
arrastra el corazón

porque eres la rueda escapada a su eje
para hacer polvo injusticia
miseria desamor.


(De Homenajes, 1963-1989)

martes, 4 de mayo de 2010

Seminario: Hacia la teoría literaria de César Vallejo*



Objetivo

Este curso para graduados intenta reconstruir las distintas teorías literarias que pudieron orientar, desde Los heraldos negros (1918) a sus poemas póstumos (escritos básicamente en 1937), la poesía de César Vallejo. También, obviamente, con este mismo fin leeremos buena parte de su obra en prosa; aunque, lo reiteramos, nuestra bibliografía primaria es partir y volver constantemente a su poesía. Tratar de explicar sus teorías, que aquí denominamos “literarias”, es un modo de ver con mayor justeza la complejidad, hondura y concatenación de la obra de un poeta universal al que, por el contrario, tratamos teóricamente muchas veces, más bien, como un mero poeta de barrio.

Metodología
Las clases son tipo seminario. Los estudiantes se dividirán individualmente o por grupos de dos o tres alguno de los temas (problemas o preguntas) a ser tratados en clase por el profesor. De este modo, compartiremos el estado de la cuestión e intentaremos ir siempre más allá. Cada reunión, conforme se adelante en los temas del sílabo, también se revisará, discutirá y evaluará el desarrollo del trabajo de los estudiantes. La nota final es la suma de la participación en clase más la entrega puntual del ensayo individual o grupal.

Algunos temas

1. La poética de la inclusión: heraldos negros y heraldos blancos en Los heraldos negros
1.1 El concepto de la dualidad andina.
1.2 Pertinencia y límites de una lectura estructuralista: Mitológicas de Claude Levi Strauss.
1.3 El Banquete o Del amor en Los herlados negros.
1.4 La muerte de Dios y el nacimiento de la Diosa.

2. La poética de la circularidad: el mar y los números en Trilce
2.1 El poema como piel o membrana. Nihilismo contemporáneo.
2.2 Oxímoron barroco y dialéctica : "síntesis momentáneas de positividad y negatividad".
2.3 Hierática (bidimensionalidad) del cubismo frente al escorzo -- metamorfosis y proliferación (tridimensionalidad)-- del barroco.
2.4 Poesía y tabú: lo nombrable y lo innombrable. Poesía y lo indeterminado.
2.5 Indice, ícono y símbolo en Trilce.

3. La poética del nuevo origen
A. La piedra fecundable de los poemas de París (Poemas Póstumos I)
3A.1 “El libro de la naturaleza”: Romanticismo, vanguardismo y post-modernismo en Vallejo.
3A.2 Naturaleza y cultura: Darwin y la piedra incaica.
3.A.3 Genéro y sexualidad andina: Vallejo, nuestro hermafrodita universal.

B.La piedra fecundada de España, aparta de mí este cáliz (Poemas Póstumos II)
3B.1 Poesía y mito. Sincretismo de mitos y ciencia.
3B.2 El autor como lector de su propia obra: Poesía y pedagogía; poesía y didáctica.
3B.3 El autor como madre. Vallejo y la poesía de Gabriela Mistral.

Bibliografía

*(Seminario disponible, presencial o virtual, a la institución que lo solicite. Informes: granados.pj@pucp.edu.pe)

domingo, 2 de mayo de 2010

Reseña a Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo/ Angélica Serna (*)



Utopía intelectual

Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo es el reciente estudio del poeta e investigador de la literatura Pedro Granados, publicado por el Fondo Editorial de la PUCP. Allí se demuestra, si seguimos la lección de Roland Barthes en S/Z, que todo texto propone su modelo. Se trata de un camino planteado por Granados para encontrar el principio de construcción y de lectura de la propuesta poética del autor de Trilce, entendiendo su obra como un lenguaje poético por esclarecer y un planteamiento estético por desempolvar de la crítica que se ha especializado en establecer relaciones entre serie literaria y serie social.

Para ello, el autor nos propone dos conceptos. El primero, “poética”, nos presenta propuestas metatextuales en los poemarios de Vallejo, que involucran el desarrollo de metáforas, perspectivas de escritura y de constitución formal de los textos. El segundo concepto, “utopía”, revela las proyecciones del deseo, las extensiones de los sentidos y, sobre todo, una introducción a la realidad virtual obtenida de la lectura de la obra. Esa realidad, al aseverarse ideal, constituye, en oposición a una realidad fáctica, el universo de posibilidades que el texto produce. En la poesía de Vallejo, dice Granados, se halla la relación entre estos dos conceptos, pero dicha relación es reconstructiva, porque genera una continuidad que cada vez será más compleja y constituirá un discurso visionario “metamorfoseante” y barroco.

Encaminados en esta interesante propuesta de lectura crítica, encontramos en un primer momento a la poética de la “inclusión”, la cual predomina en el poemario Los heraldos negros. La inclusión para Granados es la presentación de la unidad del uno en el otro, es decir, los significantes que se manifiestan con más énfasis en el texto no son los únicos. Las palabras que sobresalen en una primera lectura que se vinculan con las ideas de muerte, enfermedad, tragedia, remiten a otras palabras a las que se oponen. Aquéllas constituirán un primer texto –semióticamente podríamos decir que se trata de estructuras de superficie–; las otras nos permiten acercarnos a otro texto –de estructuras profundas–. En consecuencia, el segundo texto se concebirá como “los Heraldos Blancos”, los cuales ya no nos envían a la muerte, sino a la realización y al efecto que da la vida. Es una utopía entendida como el logro de la continuidad y no de la negación entre estos dos textos: los Heraldos Negros y los Heraldos Blancos.

La poética de la “circularidad” es el segundo eje de estudio que propone Granados. En ella se encuentra la presencia del mar como plano natural y sublime que permite el vaivén, el movimiento y la mutación. La lógica de la circularidad expresa simultaneidad, una voz coral que hace de Trilce un poemario que quiere plasmar, según el autor, la manifestación de una aventura cognoscitiva. Esa aventura, sin embargo, corresponde a un espacio local, a una minuciosa construcción de un lugar específico. En ese sentido, hablamos de una aventura dentro de algunos márgenes que no se desbordan, pero que al encontrar diversidad podrían representar la multiplicación de las unidades (los números) y determinar la posibilidad de una nueva partida o de un cambio. En síntesis, el autor precisa: “La propuesta de César Vallejo en Trilce […] invita a percatarnos de que no podemos evaluar nuestro propio proceso epistemológico una vez que vamos adquiriendo conocimiento y que por esta razón, nuestro conocimiento –sea del tópico que sea (sic)– tiene el rango cualitativo de la epistemología empleada.” La poética de la circularidad propone una utopía de la superación del relato ya conocido, se trata de una reactivación del saber desde el saber.

La última poética propuesta es la que se refiere al nuevo origen. Ella, más que las otras, toma el elemento de continuidad y se vincula con la idea de creación. Ubica al yo poético en un terreno anterior que ya ha resultado estéril. En Poemas humanos se revela las poéticas de la inclusión y la circularidad en tanto enuncian el estado de la humanidad dominado por el origen del padre. Dicho origen supone la creencia en un Dios cristiano obsoleto. En consecuencia, el paso a otro origen, que sería el de la madre y el de las voces de los niños del mundo, afirma el paso hacia lo otro que representaba “los Heraldos Blancos”. Es la utopía de la redención.

Debemos señalar, finalmente, que las poéticas mencionadas responden a un estudio hermenéutico de la poesía de César Vallejo, la cual para Granados es una cantera de hallazgos que no privilegia sólo lo emotivo, sino que alimenta también el interés intelectual. Desarrollar la relación entre poética y utopía implica, entonces, un estudio de lo formal en tanto análisis semántico, retórico, imaginario y lúdico. Los procesos encontrados en la aplicación de la lógica de la inclusión, el principio de circularidad y el hallazgo de nuevos orígenes en tierras ya conocidas conciben la poesía de César Vallejo como un texto total que no tiene quiebres, es decir, que no se adscribe a poéticas condicionadas por factores sociales o políticos. Es, en ese sentido, una poesía de utopía intelectual que permite el diálogo, como lo demuestra este estudio reciente.

(*) Angélica Serna (Lima, 1979). University of Michigan.
Tomado de IDENTIDADES, 21/ 6/ 2004

Asumimos el reto


Asumimos el reto

Una oriflama

Justo a nuestra orilla

Pensar está prohibido

Hasta el baso sientes

Hasta el corazón

Controlas

Cómo ser de esta época

Cómo ser de otra época

--desde estos anteojos--

Hasta la cicatriz

Que cándidamente borras.



Enseñar poesía

Saber torcerle el pescuezo

Al gallo

Menear el culo

Sorber por emergencia

La felicidad en emergencia

No decir, rodear

Y no decir

Mezquinamente

No decir.



Amo a freud

Amo a germán

Ante cuya lápida estaré

Hoy mismo

Un poquito más tarde

Un obrero haciendo psicoanálisis

Un magnífico psicoanalista

Ejerciendo de obrero.

Se equivocó vallejo

Se equivocaba

Partir, entonces,

Justo desde su error

No, desde sus sonados aciertos

Amamos la alegría.

Amamos la noche

Del pensamiento

Y nuevamente la alegría

Ben gala sobre estas oquedades



Poema post Soledad impura (2009).